Dioses olímpicos

Hera - Juno


Hera (nombre griego) - Juno (nombre romano).


Diosa del matrimonio, el hogar, los nacimientos y las esposas fieles. 

Se la representa con la diadema y el cetro, con un pavo real ocon una granada.

Hera es, en la mitología griega, la reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana y mujer del dios Zeus. Era la diosadel matrimonio y la protectora de las mujeres casadas, preside sobre los correctos preparativos del matrimonio y es el arquetipo de la unión en el lecho nupcial. Se la representaba como celosa,violenta y vengativa. . Los legítimos descendientes de su unión con Zeus son Ares (dios de la guerra), Hebe (diosa de la juventud), Eris (diosa de la discordia), Ilitía (diosa de los partos), y aHefesto (dios del fuego y la metalurgia) a quien engendró sola a causa de los celos que le provocaba que Zeus hubiese alumbrado a Atenea sin ella. 
Llegó un tiempo en el que el orgullo y el mal genio de Zeus se hicieron tan intolerables que Hera, Poseidón, Apolo y todos los demás olímpicos, con excepción de Hestia, lo rodearon de pronto cuando dormía en su lecho y lo ataron con correas de cuero crudo, enlazadas en cien nudos, de modo que no pudiera moverse. Él les amenazó con matarlos al instante, pero ellos habían puesto el rayo fuera de su alcance y se rieron de él de modo insultante.

Mientras los dioses celebraban su victoria y discutan celosamente quién iba a ser su sucesor, La Nereida Tetis, previendo una guerra civil en el Olimpo, corrió en busca del gigante de cien manos Briareo, quien rápidamente desató las correas empleando todas las manos al mismo tiempo, y liberó a su señor.

Ya que Hera había encabezado la conspiración contra él, Zeus la colgó del firmamento con un brazalete de oro en cada muñeca y un yunque atado a cada tobillo. Los demás deidades estaban indignadísimas, pero no se atrevieron a liberarla a pesar de sus gritos lastimeros. Al final Zeus decidió ponerla en libertad si ellos juraban que no volverían a revelarse contra él, cosa que hicieron todos ellos por turnos y a regañadientes. Zeus castigó a Poseidón y Apolo enviándolos como siervos al rey Lacmedonte, para quien construyera la ciudad de Troya, pero perdono a los demás por haber actuado bajo coacción.

Zeus - Júpiter


Zeus (nombre griego) - Júpiter (nombre romano). 


Dios Supremo/ Padre de los dioses. 

Se le representa con un trueno y relámpago, un manojo de relámpagos o con el cetro.
Zeus es el dios del cielo y la meteorología. Gobierna estableciendo orden, la justicia y el destino del Universo. 
Era el hijo menor del titán Cronos, quien, temiendo ser destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían. Según la tradición, su madre Rea envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, donde la cabra Amaltea lo amamantó con su leche.
Cuando Zeus se hizo adulto, se enfrentó a su padre, haciendo que vomitase a sus hermanos. A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. 
Zeus es muy propenso a los romances y desciende del Olimpo siempre que divisa a al guien que le agrade.
Leda era la esposa de Tindáreo,  era una mujer muy bella, tanto que el propio Zeus la deseaba. Un día, mientras caminaba junto al río Eurotas, se encontró con un hermoso cisne que escapaba del ataque de un águila. Lo protegió y se dejó seducir por éste, que no era otro que Zeus transformado. Esa misma noche Leda también se unión a su esposo. Como consecuencia, puso dos huevos: de uno nacen Pólux y Helena, hijos de Zeus inmortales; del otro, Cástor y Clitemnestra, hijos mortales de Tindáreo.

Poseidón - Neptuno


Poseidón (nombre griego) - Neptuno (nombre romano).


Dios del Mar, de las aguas y los terremotos.

Se le representa con el tridente en un carro tirado por caballos marinos.
Poseidón, dios del mar, necesitaba una esposa que estuviera a gusto en el fondo del mar, y por eso, y pese a que al principio ella le rechazaba, se casó con Anfitrite (una nereida). Con ella tuvo tres hijos: Tritón, Rode y Bentesicime. 
Al igual que su hermano Zeus, el dios disfrutaba de constantes amoríos con diosas, ninfas y mortales, aunque prefería a las ninfas de las fuentes y los manantiales. De estas numerosas uniones nacieron varios hijos, conocidos por su salvajismo y crueldad. Entre ellos están el cíclope Polifemo, el gigante Orión y el famoso caballo alado, Pegaso.
Poseidón, que reinaba sobre las aguas, codiciaba los reinos terrenales, y por esto reclamó la posesión del Ática clavando su tridente en la parte más elevada, donde al instante brotó un pozo de agua salada que aún puede verse. 
Más tarde llegó Atenea y tomó posesión del mismo territorio plantando el primer olivo junto al pozo, acto que desató la ira de Poseidón, que la retó a un combate. 
Finalmente, por mediación de Zeus, la disputa se resolvió mediante un tribunal de arbitraje, que decidió que Atenea tenía más derecho a esa tierra porque le había otorgado un mejor regalo.

Atenea - Minerva


Atenea (nombre griego) - Minerva (nombre romano).


Diosa de la sabiduría, de la victoria en la guerra, de las artes y los oficios.

Se la representa con la lechuza, el olivo, el casco, el escudo o la lanza.
Atenea, diosa de la sabiduría, las artes, los oficios y la victoria en la guerra,  inventó instrumentos musicales, objetos de alfarería y de agricultura, así como el carro y el barco. Fue la primera en enseñar la ciencia de los números y las artes femeninas (cocinar, tejer e hilar). No obtenía placer de la batalla, a pesar de ser diosa de la guerra, por lo que prefiere siempre resolver los conflictos de manera pacífica.
Muchos dioses, titanes y gigantes se habrían casado de buena gana con Atenea, pero ella rechazó siempre todas las insinuaciones, manteniéndose para siempre virgen. 
Atenea era hija de Zeus y de la titánide Metis. Al quedar embarazada ésta, un oráculo de la Madre Tierra anunció que sería una niña y que si volvía a concebir, daría a luz a un hijo cuyo destino era destronar a Zeus. Fue por esto que Zeus sedujo a Metis con dulces palabras para que se acostara sobre un lecho y, abriendo la boca de repente, se la tragó. 
A su debido tiempo, mientras él caminaba por la orilla del lago Tritón, fue presa de una migraña tan terrible que creía que le iba a estallar la cabeza y sus gritos de rabia resonaban en todo el firmamento. Hefesto acudió en su ayuda, abriendo una brecha en el cráneo de Zeus con su hacha de doble hoja, y de ésta salió Atenea. La diosa nació ya de edad adulta, totalmente armada y llamando al ancho cielo con su claro grito de guerra.

Dioniso - Baco


Dioniso (nombre griego) - Baco (nombre romano).


Dios del vino y la fertilidad.

Se le representa con la corona de vid y pámpanos, una copa de vino, uvas o un tirso.
Dioniso, dios del vino y del placer, estaba entre los dioses más populares. Los griegos dedicaban muchos festivales a este dios. A menudo lo acompañaba una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto del cuerpo de caballo. Las ninfas eran hermosas y encantadoras criaturas que frecuentaban bosques y selvas. 
Dioniso era hijo de Zeus y Sémele, una mujer mortal. Hera, la esposa del dios, descubrió la aventura de su marido cuando Sémele estaba encinta. Con el aspecto de una anciana, Hera se ganó la amistad de Sémele, quien le confió quién era el auténtico padre del hijo que llevaba en el vientre. La diosa fingió no creerlo, y sembró las semillas de la duda en la mente de Sémele, quien, curiosa, pidió a Zeus que se revelara en toda su gloria como prueba de su divinidad. Aunque él le rogó que no le pidiese eso, ella insistió y él terminó accediendo. Entonces se presentó ante ella con sus truenos, relámpagos y rayos, y Sémele pereció carbonizada. Zeus logró rescatar al fetal Dioniso plantándolo en su muslo. Unos meses después, Dioniso nació en el monte Pramnos de la isla Icaria, a donde su padre fue para liberarlo, ya crecido, de su muslo.

Apolo - Apolo


Apolo (nombre griego) - Apolo (nombre romano).


Dios de la Música, las Artes, la Luz, la Medicina, la profecía y la Belleza Masculina.

 Se le representa con el arco y las flechas, con la corona de laurel o con la lira.
Apolo, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán, era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos y solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra. También era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira, así como un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos.
Pese a ser el dios de la belleza, Apolo no tuvo suerte en el amor, pero su mayor fracaso fue con Dafne, ninfa consagrada a la diosa Ártemis. 
Apolo se había burlado de Eros-Cupido. No comprendía el orgullo de Cupido ni el respeto que inspiraba a dioses y mortales. Eros, molesto por aquella actitud tan soberbia preparó su venganza: Escogió dos flechas; una del amor y otra del desdén. Clavó una flecha del amor en el pecho de Apolo, y otra del desamor en el de Dafne.
Dafne rechazaba una y otra vez al dios y en vano Apolo solicitaba su amor. Finalmente, su pasión llegó a ser tan impetuosa que quiso tomarla por la fuerza.
Al llegar al río Peneo, Dafne, cansada de tanta huida y justo cuando ya Apolo lograba alcanzarla, pidió ayuda a su padre, que no era otro que el dios del río. Éste, teniendo compasión por su hija, decidió hacer lo único que podía salvarla: la convirtió en un árbol, el laurel. Cuando Apolo llegaba a alcanzarla, los dedos de la ninfa y sus cabellos empezaron a convertirse en hojas, sus brazos en ramas, su tronco en corteza, sus pies en raíces... 
Apolo sollozaba abrazado al tronco, mientras sentía que las ramas le rozaban la cabeza. Y, a partir de entonces, Apolo coronó su cabeza con hojas de laurel.

Ártemis - Diana


Artemis (nombre griego) - Diana (nombre romano).


Diosa de la Caza, las mujeres solteras y la luna.

Se la representa con una medialuna en la frente, con el arco y la flecha o con un ciervo.
Ártemis o Artemisa era hija de Zeus y de Leto y hermana gemela del dios Apolo.
Ella guardaba fielmente su virginidad, hasta el punto que, en una ocasión en que estaba bañándose desnuda en el bosque y el príncipe tebano y cazador Acteón se detuvo y se quedó mirándola, fascinado por su belleza arrebatadora, ésta se disgustó tanto por haber sido espiada que transformó a Acteón en un ciervo y envió a sus propios sabuesos a que le mataran. 
Así rechazaba a todos los hombres y dioses que mostraban interés por ella, a excepción de Orión:
Artemisa estaba enamorada de Orión. Era muy feliz y pasaba muchos días cazando con él. Apolo, su hermano, sintió celos de que le prestara más atención a Orión que a él mismo, por lo que urdió un plan para librarse de él: envió un escorpión gigante para matarlo, pero Artemisa le llevó a una isla en la que el escorpión no podía alcanzarlo. Apolo retó entonces a Artemisa, diciendo que no podía alcanzar de un flechazo lo que parecía ser una roca, pero que en realidad era Orión, lejos en el agua. Cuando el cuerpo de Orión llegó flotando a la orilla, Artemisa lloró durante días. Envió el cuerpo y su perro de caza a las estrellas, donde se convirtieron en las constelaciones Orión y la estrella Sirio. 

Hermes - Mercurio


Hermes (nombre griego) - Mercurio (nombre romano).


Dios mensajero de los dioses, de los viajeros, de los ladrones y los mercaderes.

Se le representa con las botas aladas, el casco y el caduceo.
Hermes, hijo de Zeus y Maya, la hija del titán Atlas, era especial servidor y correo de Zeus. Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón.
Hermes tuvo numerosos hijos con una gran cantidad de mujeres, de ellos podemos destacar a Pan, Príapo, Eros o Hermafrodito. 
Hermafrodito era hijo de Hermes y Afrodita y recibió de ellos su nombre y, con el paso del tiempo, se convirtió en un joven de gran belleza. 
Un buen día, Hermafrodito decidió salir a recorrer las tierras griegas. Yendo de camino a Caria, el exceso de calor de aquel día soleado le hizo aproximarse a un lago para refrescarse, al que se lanzó a nadar desnudo. La náyade Salmacis —o Salmácide—, espíritu de aquel lago, al notar su presencia y observar su cuerpo desnudo, sintió una atracción inmediata hacia él y no tardó en desnudarse y acercársele para tratar de conquistarlo, pero el joven se resistió.
Aun así, la ninfa no cejó en su empeño y, poco después, desde la fuente cercana a la que Hermafrodito se había acercado, Salmacis se abrazó a él fuertemente, lo arrastró al fondo, y, mientras forcejeaba con él, suplicó a los dioses que no separaran sus cuerpos, diciendo: “¡Dioses! Haced que nada pueda jamás separarlo de mí ni separarme de él”. Los dioses, atendiendo su súplica, le concedieron su deseo y ambos cuerpos se fusionaron para siempre en un solo ser, de doble sexo.
Hermafrodito suplicó a sus padres, los dioses, que todo joven que se bañara en aquel lago corriera su misma suerte. De esta forma, el lago arrebataría la virilidad a todo aquel que se bañara en él, tal como así se lo concedieron los dioses.

Ares - Marte


Ares (nombre griego) - Marte (nombre romano).


Dios de la Guerra y de la fuerza bruta.

Se le representa vestido de militar.
Ares se considera el dios olímpico de la guerra, aunque es más bien la personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto, la confusión y los horrores de las batallas.
Por lo que se refiere a su origen, existe una tradición según la cual Hera lo concibió al tocar una determinada flor, pero también es considerado como hijo de Zeus y Hera.
Ares era fuerte, musculoso, varonil y muy guapo; pero violento y dotado sólo para la fuerza bruta. Las armas, las peleas y las batallas eran su único entretenimiento. Sin embargo, era bello, y Afrodita lo amaba.
Apolo, el dios del Sol que todo lo ve, informó a Hefesto (marido de Afrodita) de los amores de estos dos dioses. Hefesto, impertérrito, fabricó una red muy fina, casi invisible, con la que se acercó a los enamorados y los enredó sin que pudieran soltarse. Entonces, llamó a los demás dioses para que vieran la escena y castigaran la traición.
Pero los habitantes del Olimpo encontraron la situación tan divertida que empezaron a reír sin parar... con la risa infinita, inextinguible, de los dioses. Los amantes avergonzados, se marcharon cada uno por su lado.
De la unión de Ares y Afrodita nacieron varios hijos. Unos más parecidos a su madre: Eros, el dios del amor deseado, y Anteros, del amor correspondido. Otros se parecían más a su padre: Demos, dios del terror, y Fobos, del temor. Pero también tuvieron una hija, Harmonía, símbolo de la concordancia entre contrarios.

Afrodita - Venus


Afrodita (nombre griego) - Venus (nombre romano).


Diosa del Amor y la Belleza.

Se la representa con la manzana, paloma, concha y el ceñidor.
Cronos, padre de Zeus, mató a su propio padre, Urano, cortando sus genitales y lanzándolos al mar. Estos genitales fueron llevados por el mar durante mucho tiempo, y del inmortal miembro surgía una blanca espuma. 
Afrodita nació de esta espuma blanca, y se dio a conocer emergiendo a través de las olas. Era tan hermosa que todos los habitantes del mar se reunieron para admirarla. Cuando la diosa vio la luz del sol por primera vez, montada en un carro hecho con una concha de mar, todos los seres comenzaron a disfrutar de la belleza, la alegría y el amor con verdadera plenitud. 
La noticia del nacimiento de la criatura más hermosa que pisó alguna vez la tierra y fue acariciada por las olas del mar, se divulgó rápidamente en el Olimpo. Las cualidades de la diosa se comentaron entre todos los Olímpicos y, como consecuencia todas las divinidades masculinas ardiendo de deseo y las femeninas, incrédulas y curiosas a la vez, quisieron conocer a esta belleza sin par. Antes de ser presentada ante los inmortales, las Horas, colocaron en la cabeza de Afrodita una guirnalda de flores eternas y acompañaron por los aires a la diosa, que se presentó en el Olimpo. Naturalmente Afrodita superó las expectativas masculinas y levantó una corriente de celos entre las demás diosas.
Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita está relacionada con la guerra de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única diosa no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a la sala del banquete una manzana de oro destinada "a la más hermosa". Cuando Zeus se negó a elegir entre Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diese su fallo. Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante; Atenea, que alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que obtendría a la mujer más hermosa del mundo. Paris seleccionó a Afrodita como la más bella, y como recompensa eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego Menelao. El rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de Troya. 

Hefesto - Vulcano


Hefesto (nombre griego) - Vulcano (nombre romano).


Dios del Fuego y de la fragua.

Se le representa feo y cojo, trabajando en la fragua con yunque y martillo.
Hijo de Hera, Hefesto era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano.
Hefesto era bastante feo, lisiado y cojo. Hera, mortificada por haber parido tan grotesca descendencia, no tardó en arrojarlo del Olimpo. El dios cayó durante nueve días y noches hasta el mar, donde dos diosas del mar, la nereida Tetis (madre de Aquiles) y la oceánide Eurínome, lo recogieron y lo cuidaron en la isla de Lemnos, donde creció hasta convertirse en un maestro artesano.
Tras haber fabricado tronos de oro para Zeus y otros dioses, Hefesto se vengó elaborando uno mágico de diamante que envió como regalo a Hera. Cuando ésta se sentó en él, quedó atrapada, incapaz de levantarse. Los demás dioses le rogaron que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por haber sido expulsado. Intervino entonces Dioniso, que le emborrachó y lo llevó de vuelta al Olimpo a lomos de una mula. Hefesto, contrariado por la treta y dueño de la situación, impuso severas condiciones para liberar a Hera, una de las cuales fue contraer matrimonio con Afrodita.
Este matrimonio llenó de alegría a Hefesto, que forjó para Afrodita hermosa joyería, incluyendo un cinturón que la hacía incluso más irresistible para los hombres.

Hades - Plutón

Hades (nombre griego) - Plutón (nombre romano).
Dios del mundo subterráneoSe le representa con su casco de invisibilidad, la llave del Hades y Cerbero.
Era hijo del titán Cronos y de la titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, a Hades le fue concedido el mundo subterráneo.
El mundo subterráneo estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región más profunda, donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. 
Su consorte era Perséfone, como la hermosa hija de Deméter, diosa de la agricultura, la fertilidad y la tierra.
Perséfone no se sometió a Hades voluntariamente, sino que fue raptada por éste mientras recolectaba flores en los campos de Nisa. En protesta por este acto, Deméter lanzó una maldición sobre la tierra que produjo una gran hambruna, y aunque los dioses fueron a pedirle que la levantase para que la humanidad dejase de sufrir, ella aseguraba que la tierra permanecería estéril hasta que volviese a ver a su hija. Por fin intervino Zeus, pidió a Hades que devolviese a Perséfone. Éste accedió, pero antes de partir tomó un grano de granada se lo ofreció porque sabía que así tendría que regresar.
Deméter preguntó a Perséfone a su regreso a la luz y el aire: “¿No habrás probado bocado mientras estabas abajo? Porque si aún no lo has hecho podrás vivir con nosotros, pero si algo comiste, tendrás que volver allí.”
Ese grano de granada la ató a Hades y al Inframundo, para gran consternación de Deméter. Zeus propuso un compromiso, al que accedieron todas las partes: del año, Perséfone pasaría un tercio con su marido. Es durante esta época cuando el invierno cae sobre la tierra, «una expresión de tristeza y luto»..

Aquil.les i la Guerra de Troia

Civilización Minoica

INTRODUCCIÓN
La civilización minoica fue una cultura que se desarrolló en
la isla de Creta en la primera mitad del II milenio a.C.
LA SOCIEDAD MINOICA
La sociedad minoica no era igualitaria, ni mucho menos. Tal y como se puede conocer gracias a las investigaciones arqueológicas en los distintos palacios, había grandes diferencias tanto en los niveles y modos de vida como en la condición social. Por debajo de la familia real y la nobleza, se han encontrado en las ciudades fuera de los palacios viviendas de hasta tres pisos, habitadas por un estrato social de familias privilegiadas probablemente muy pequeño, perteneciente quizás al mundo administrativo o comercial. El problema se presenta cuando bajamos de ahí en la escala social, ya que los miles y miles de labradores y artesanos del pueblo llano han dejado muy poca huella en el registro arqueológico minoico. Basándonos en lo poco que sabemos, podríamos decir que vivían en casas pequeñas y poco amuebladas, agrupadas en pequeñas aldeas, y que eran enterrados en tumbas sencillas con escasos ajuares funerarios. Por encima de todos en la escala social estaba el rey, la encarnación del reino, el comandante supremo en la guerra, el mayor legislador y juez, y el representante del país y el pueblo ante los dioses. Una diferencia a destacar entre los reyes minoicos y los reyes mesopotámicos, por ejemplo, es que en la Creta minoica no existieron los grandes templos construidos en los Estados del Oriente Próximo, ya que probablemente los propios palacios eran el centro religioso de cada ciudad-
reino.
  Si el rey era lo más alto de la escala social, lo más bajo era la esclavitud, situada a un nivel socioeconómico por debajo de los labradores, artesanos y servidores del palacio. La característica principal de este sistema esclavista es que los esclavos no eran considerados personas, sino propiedades, por lo que carecían de hasta las más mínimas protecciones de cara a su explotación o utilización arbitraria. Al igual que en otras sociedades del mundo antiguo, la gran mayoría de estos esclavos eran prisioneros de guerra, por lo que era fácil aislarlos de cara a la sociedad. Sin embargo, particularmente en el mundo minoico, la mayoría de los
 esclavos eran de los palacios.
 LA CULTURA MINOICA
 Debido a las estrechas relaciones comerciales mantenidas con Egipto y Próximo Oriente, la influencia de estas civilizaciones más desarrolladas y antiguas llegó al mundo minoico, sobre todo en cuanto a técnicas y estilos artísticos, aunque sin contagiar demasiado las singularidades del arte minoico. Mientras que en el mundo próximo oriental la principal función del arte palacial era glorificar a la familia real, en el arte de los palacios minoicos no existen escenas que muestren al rey como un gran guerrero conquistador o como un gobernante muy poderoso. Por el contrario, los motivos pictóricos de los palacios se centran en la naturaleza, ya que su objetivo era hacer del palacio un lugar lleno de belleza y serenidad. Sin duda alguna, el mayor ejemplo de la arquitectura minoica es el palacio de Cnosos, el que se conserva en la actualidad. Por lo que se sabe, estaba construido con piedra, adobes y reforzamientos de vigas de madera, ocupaba casi 13000 metros cuadrados, y tenía casi 300 habitaciones distribuidas entre dos o tres pisos. Este complejo entramado de estancias contaba con numerosos balcones, logias, pequeños patios de luces que iluminaban y ventilaban el interior, y un sistema de tuberías y alcantarillas que suministraba agua corriente y permitía la
eliminación de residuos.
En lo referente a la pintura minoica, cabe decir que no se quedaba atrás con respecto a la arquitectura. Si bien, por ejemplo, la pintura egipcia destacaba por su gran detallismo, la cretense sabía expresar muy bien la sensación de movimiento y vida, rasgo que se extiende para la cerámica, la orfebrería y la metalurgia. En los frescos y estatuas que nos han llegado se puede observar la representación (ya sea más idealizada o más realista) de las más ricas y poderosas personas de la isla: mientras que los hombres van afeitados y visten solo una especie de falda corta, las mujeres llevan faldas de volantes y corpiños con mangas ceñidos al cuerpo, y los pechos al descubierto. Además, tanto hombres como mujeres llevan el pelo largo,
rizado, y brazaletes y collares de oro

El Minotaure

El Minotaure era un monstre amb cap i potes de bou i cos d’home. Era fill de Pasífae i el bou blanc que Minos havia d’oferir a Posidó. Quan Minos no va sacrificar el bou en el seu honor, Posidó el va castigar fent que Pasífae s’enamorara del bou. 
Minos s’avergonyia del Minotaure, així que va fer construir un Laberint on el va tancar i allí li donava set joves i set donzelles cada nou anys per menjar. 
Teseu va acabar amb ell amb l’ajuda d’Ariadna. 

Odisseu

Las aventuras de Ulises: la Isla de los Lotófagos.


Ulises se llama en realidad Odiseo, pero nosotros le conocemos más por su nombre latino. Dice la tradición que era rey de Ítaca, una de las islas occidentales de Grecia (conquistada por los bizantinos, otomanos, ingleses, franceses,..., a lo largo de su historia).


Ulises participó en la guerra de Troya, según Homero, pero cuando acabó la guerra no volvieron todos los héroes juntos. De hecho, Poseidón se enfadó tanto con Odiseo que le impidió regresar a su patria, dejándolo vagar por el Mediterráneo durante años y enviándole tormentas y dificultades. No era un superguerrero, sino más bien una persona dotada para la diplomacia, el diálogo y la resolución de conflictos de forma inteligente.


Una de sus primeras aventuras fue en el país de los lotófagos, una isla que podría estar frente a las costas de Túnez. El problema es que en este lugar Ulises se encontró con un fruto mágico que provocaba el olvido; a lo mejor piensas que esto es fantástico, porque así no recordarías nada de algún mal rollo anterior, pero realmente es un problema serio, porque quien comía de ese fruto no recordaba nada de su vida anterior... y eso sí que es un problema.


Como no tenían agua, Ulises decidió que había que arriesgarse y que había que hacer una parada para conseguirla. Manda además a dos hombres para que averigüen si hay gente como ellos, pero los lotófagos les ofrecen el fruto y los hombres de Ulises no quieren regresar. A Ulises, que para eso es el héroe, no quiere ni oir hablar de probar la fruta.


Ulises era muy diplomático, pero tenía clarísimo que toda su tripulación tenía que regresar a casa, así que cogió a sus hombres, los llevó al barco y los ató bajo los bancos de los remeros, ya que ellos no querían ni oir hablar de volver a Ítaca. Por si acaso algún otro marinero sentía tentaciones, mandó levar anclas inmediatamente y marcharse de la isla sin perder el tiempo.



Las aventuras de Ulises: con el cíclope Polifemo


Continúa Ulises su viaje y llega a otra isla (algunos dicen que Sicilia), que resultó ser la tierra de los cíclopes. Esta historia es muy conocida.


Los cíclopes son criaturas monstruosas, enormes a los ojos de los griegos, de más de dos metros y con un solo ojo, sin ningún tipo de educación ni gobierno (esto para los griegos era muy importante, porque indicaba que eras de un sitio muy culto y civilizado) y que vivían en altas cuevas de forma salvaje.


Polifemo era hijo de Poseidón y cuando llegó a su cueva después de apacentar sus ovejas (o de recoger leña, no está muy claro), se encontró con Ulises y sus hombres dándose un banquete a costa de los quesos que allí guardaba. Tan furioso se puso por la intrusión que agarró a dos de ellos, los desmembró y se los comió delante de todos los demás, acompañado de litros y litros de leche; después, hizo prisioneros al resto tapando la entrada con una roca que sólo él podía mover.


Ya he dicho antes que Ulises era especialmente inteligente y astuto y que de ninguna manera iba a perder más hombres, así que enseguida ideó un plan para escapar. Buscó una estaca, aguzó su punta con fuego y la escondió.


Cuando al día siguiente regresó Polifemo, se pone a charlar con él. Ulises se cambia el nombre y le dice que se llama Nadie, y mientras habla le hace beber vino de sus naves, hasta que el cíclope se queda totalmente borracho y se queda dormido. Entonces, Ulises y sus hombres le clavan la estaca en su único ojo. Polifemo se despertó ahuyando de dolor y diciendo que Nadie le había herido; por eso los demás cíclopes que le oían chillar pensaban que se había vuelto loco y no salieron a ayudarlo.


Aprovechando la confusión, Ulises mandó a sus hombres que se escondieran bajo la lana del vientre de las ovejas de Polifemo y cuando al día siguiente el cíclope, ciego, las llevó a pastar, los héroes se pudieron escapar de la gruta.


Al llegar a su nave, Ulises le dijo su verdero nombre y Polifemo, enfadadísimo, tiró una enorme roca al mar con la intención de matar al héroe.

Las aventuras de Ulises: con la hechicera Circe


Continúa Ulises su viaje hasta que, tras una terrible tempestad, llega con su nace a la isla de Eea, la isla de la maga Circe. Esta hechicera era conocida por su poco aprecio a la raza humana.


El héroe manda a un grupo de los suyos a explorar el terreno, ya que ha visto a lo lejos una columna de humo azul. El jefe de la expedición es su amigo Euriloco. La verdad es que tenían más miedo que otra cosa, pero no les quedaba más remedio que obedecer a Odiseo...


El grupo llega a un palacio rodeado de lobos y otras bestias que, cuando les ven, se muestran alegres por la visita. Circe, la dueña de la casa, les invita a entrar y se muestra tan hospitalaria, amable y seductora que Euriloco sospecha algo y prefiere quedarse fuera, esperando a sus compañeros. Pero la espera se hace demasiado larga, demasiadas horas, así que al final abandona su escondite y corre a la nave a avisar a Ulises.


¿Qué ha pasado? Circe ha agasajado a sus invitados con exquisitos manjares y bebidas dulces, pero según acabaron el banquete, la pócima mágica que había echado en la bebida hizo su efecto y les hizo perder la memoria. La hechicera los transformó a todos en cerdos, los encerró en una pocilga y les echó bellotas. El sufrimiento de los hombres es terrible, ya que, aunque siendo animales en apariencia, no habían perdido su inteligencia humana.


Ulises escucha a Euríloco y de nuevo no está dispuesto a perder más hombres. Es un héroe, así que seguro que es consciente de que tiene a muchos dioses en su contra, pero su valor es sobrehumano.

Consciente de que no le serviría de nada, coge su espada y se encamina al palacio de la maga Circe. Por el camino se encuentra con Hermes (y es que a algunos dioses les resultaban simpáticas las aventuras de Odiseo), que le da un ramo de ajos silvestres en flor que le servirá contra los encantamientos de la hechicera.

Circe se enamora de Ulises en cuanto lo ve, y se queda asombrada al descubrir que sus hechizos no valen para nada contra él. Aún así, logra retener a Ulises un año junto a ella.

Cuando termina el año, Ulises exige la liberación de sus hombres. La maga los vuelve a transformar en personas, pero nadie saldrá de su reino hasta que Ulises vuelva del Reino de los Muertos tras consultar allí sobre su futuro.

¿Qué iba a hacer Ulises? Pues ni corto ni perezoso, bajar al Hades. Allí se encontró con su madre, Anticlea, que se había suicidado al no poder resistir la pena de no tener a su hijo cerca. También habla con otros héroes amigos de la guerra de Troya. Y finalmente, el adivino ciego Tiresias le vaticina que su regreso a Ítaca será duro y peligroso.

Regresó Ulises a Eea con Circe, que acepta el oráculo y le deja marchar, no sin antes darle unos consejos para poder superar los obstáculos que se encontraría nada más salir de su isla.


Las aventuras de Ulises: con las sirenas


Concretamente eran tres, Lidia, Partenopea y Leucosea, hijas de Aquelao y Calíope. Algunas historias dicen que eran mujeres que pidieron poder volar para salvar a Perséfone del Reino de los Muertos y poder devolverla a la tierra.


Lo cierto es que su canto era embriagador y hechizaba a los marinos, excepto a Ulises, claro, que para eso es el héroe de la historia...


Cuando Ulises abandona a Circe, su siguiente obstáculo es pasar junto a la isla de las sirenas. La hechicera ya le ha prevenido contra ellas, así que pide a sus hombres que se tapen los oídos con cera y que a él lo aten al mástil del barco, para así poder escuchar su canto pero sin arrojarse al mar. Cuando pasaron junto al reino de las sirenas, los gritos de Odiseo tronaban en el mar suplicando a sus hombres ser liberado, pero ellos no le obedecieron, lo cual fue una suerte, porque lograron pasar sin caer en los encantos de las criaturas.


Las aventuras de Ulises: Escila y Caribdis


Ulises y sus compañeros no se dan por vencidos. No en vano, han logrado esquivar el peligro de las sirenas (aunque Odiseo admitió a sus hombres que hubiera sacrificado con gusto su vida por el encanto de sus voces).


Pero no todo iba a ser fácil: los dioses vuelven a poner a prueba al héroe. En su camino hacia Ítaca tenían que atravesar un peligroso canal entre dos imponentes acantilados, dominados por un lado por Escila y por otro por Caribdis. Se dice que esa zona es el actual estrecho de Messina, dominado por fuertes mareas y vientos que hacen muy peligrosa la navegación...


¿Quiénes eran estos monstruos? Escila era un monstruo con rostro y pecho de mujer, seis cabezas de perro y doce patas de can en la cintura, mientras que Caribdis era un peligroso torbellino de agua que se tragaba todo lo que se le pasaba por delante varias veces al día, devolviéndolo todo después de tres días en forma de naufragio.


La roca de Escila, además, atraía mágicamente a las naves. astillándolas y lanzándolas a su compañero Caribdis... Era como estar entre la espada y la pared. Ulises se lo vio venir e hizo virar rápidamente su barco para no chocar, pero entonces se acercó demasiado al torbellino y en el fragor de la tormenta, el ruido de las olas y el remolino de aguas de Caribdis. No pudo evitarlo: la proa del barco se inclinó peligrosamente y durante minutos pareció que todo estaba perdido.


Menos mal que Ulises le caía bien a algunos dioses: Atenea, apiadada (o, seguramente, temiendo que si Ulises y los suyos morían en esta aventura, ella no tendría con qué entretenerse), ayudó a los héroes, impulsando mágicamente la nave, de forma que Caribdis sólo pudo tragarse a seis hombres de la tripulación.


Las aventuras de Ulises: con Calipso


Ulises está nueve días a la deriva hasta que llega a las costas de la isla de Ogigia -algunos dicen que en realidad no era una isla, sino las costas de Ceuta. Parece que el héroe tiene ojo para estas cosas, porque allí se encontrará con otro gran personaje -de nuevo, una mujer-: la ninfa Calipso, "la que oculta", hija de Tetis y Océano.


Su isla era realmente un paraíso: poblada de frondosos alisos, álamos y cipreses, tierra de búhos y halcones, con hermosos lirios en las praderas. Calipso vive en una cueva protegida tras una parra retorcida. Y la isla está mágicamente oculta a los ojos de los demás.

La ninfa acoge rápidamente a Ulises, le da comida y bebida para que se recupere y, claro, inevitablemente, se enamora de él y lo retiene a su lado siete años -o cinco, o uno,o diez: esto no está muy claro. Lo que sí está clarísimo que Ulises tuvo varios hijos con Calipso: Latino (aunque quizá fue hijo más bien de Circe), los mellizos Nausítoo y Nausinoo, incluso tal vez también a Ausón -chist, pero oye: que él quería volver de una vez con su mujer, Penélope.


Y ahora es cuando sale a escena Atenea, que se ha encaprichado con el héroe y no está dispuesta a perderse más aventuras de él, así que le dice a su padre, Zeus, que envíe a Hermes, el mensajero de los dioses, para que ordene a Calipso dejar marchar a Ulises. Zeus no quería líos con su hermano Poseidón, que no se había olvidado de que se la tenía jurada a Ulises, así que aprovechando un descuido del dios de los mares, mandó a Hermes con el mensaje.


Realmente, la compañía de Calipso era muy grata para Ulises, pero pronto sintió de nuevo añoranza por Ítaca. Y eso que la ninfa le había prometido el don de la inmortalidad si se quedaba con ella. Pero cuando se entrevistó con Hermes no le quedó otra que obedecer... Muy a su pesar, dio a Odiseo maderas para construir una balsa, así como víveres y bebida para el camino, tras jurar que no le estaba tendiendo una trampa.


Claro, no iba a ser todo tan fácil: según se hizo a la mar, Poseidón le pilló y envió una fortísima tormenta para acabar con él. Si no hubiera sido porque en ese momento la diosa Leucotea se posó como gaviota en los restos de su balsa, tal vez Ulises hubiera muerto -¿y cuántas van ya? La diosa le dio un velo mágico que el héroe se puso en la cintura cuando de nuevo una ola arrasó con lo poco que quedaba de su barca. Atenea, aprovechando que Poseidón se había marchado de la zona, envió un viento que calmó las olas y permitió a Ulises acabar de nuevo en la orilla de una playa de la isla de Drépane, dos días después...


Las aventuras de Ulises: los pretendientes de Penélope.


Cuando Ulises llega a Ítaca se encuentra con Atenea, que sabiendo que su palacio està lleno de pretendientes, le convierte en un anciano para que nadie le reconozca. Se encuentra con Telémaco, que le reconoce gracias a su perro y 

Tras reconocer Telémaco a su padre, deciden obedecer a Atenea -que a estas alturas fijo que se lo estaba pasando fenomenal con su plan- e intentar pasar desapercibido. De esta forma, acompañados por Eumeo se dirigen al palacio.


El espectáculo que allí ve Ulises es desquiciante: en el centro de la sala, los pretendientes comen y beben sin control, mientras Penélope se encuentra sentada en medio de ellos, con mirada resignada. Los invitados además se burlan de Odiseo, ya que está oculto bajo el aspecto de un viejo mendigo.


La despreocupación de los nobles es tal que ni se molestaban en tener junto a ellos sus armas, de forma que Ulises le pidió a Eumeo que las buscara y las escondiera, mientras que él observaba cómo los hombres se acercaban a Penélope por turnos para intentar convencerla de que se decidiera por uno de ellos y se celebrase la boda.


Algo de debilidad debió de notar Telémaco en el rostro de su madre, o en su postura, o en una forma de mirar, porque se puso en medio de la sala y propuso con potente voz que aquél que fuera capaz de tensar el arco de Ulises y hacer pasar una flecha por el ojo de doce hachas puestas en hilera sería el que se casara con su madre...


Claro, la propuesta era bien fácil: todos eran jóvenes fuertes, ejercitados con destreza en el arte de la guerra, de forma que pasaron uno a uno por la prueba. Uno a uno porque ninguno de ellos lograba tensar ni por asomo el fuerte y enorme arco de Ulises, de forma que quedaban progresivamente en ridículo: ninguno estaba a la altura del héroe de Troya. Ninguno, por lo tanto, era merecedor de la mano de la fiel Penélope.


Y entonces, en medio del estupor de todos, por encima de las burlas que rodeaban su figura, Ulises, bajo su disfraz de anciano, declaró que iba a participar. Todos se burlan y el anciano no sólo tensa el arco sin esfuerzo, sino que dispara una flecha que atraviesa limpiamente el ojo de las doce hachas puestas en hilera y da en el blanco final. Telémaco, mientras tanto, cierra las puertas de la sala.


Atenea vuelve a Ulises a su aspecto verdadero. El héroe coge de nuevo su arco, lo tensa y, ayudado por su hijo, comienza a disparar a los pretendientes